Lecciones del Lejano Oriente II




Primero fue Nagasaki y luego Hiroshima y eran pueblos pesqueros, que sufría las inclemencias del tiempo, y como muchas otras ciudades y poblaciones de Japón era de papel y bambú, muy bonitos, pero nada resistentes, pero como siempre, el pueblo siempre es el que sufre, una mañana los relojes se detuvieron, y nadie y todo el mundo se entero que paso, los pueblos se borraron de la faz de la tierra, la gente murió quemada, y fue la devastación más violenta en la historia de la humanidad, ahora Japón se enfrenta a otro capítulo de su historia, que hacer si lo que hicieron por casi 100 años, de tratar de conquistar el mundo para no dejarse invadir, no sirvió, la vergüenza de la derrota azotaba al pueblo nipón, y eso para ellos es peor que la muerte, ese dolor general fue tan grande que muchos japoneses se reunieron en la plaza que queda cerca de la casa del emperador y estaban dispuestos a suicidarse ahí, no existía motivos para levantar la cabeza, pero el emperador con su sabiduría, dijo el que la ha embarrado soy yo, y por lo tanto yo tengo que pagar el pato, ustedes no se pueden morir, les ordeno irse a sus casas, y ahí fundo la “embajada de los oficios inútiles”, que era un departamento del gobierno que iba de casa en casa recogiendo una cuota mensual de grullas en origami, y así poco a poco empezó a decirle a los japoneses que debían era perdonarse a ellos mismos y luchar por salir de su desgracia, muchos se traumaron y no siguieron como el personaje de la última historia de “11-09-2001”

Y eso hizo el pueblo, empezó un par de cosas importantes, que son muy difíciles de hacer, a olvidar lo que paso pero no olvidar su pasado, tratar de limpiarse lo que paso y caminar derecho, pero no olvidar su pasado para no repetirlo, las mujeres, los hombres y los niños deformes por la bomba no taparon sus cicatrices y pese a lo horribles que fueran, porque no había que avergonzarse de ello, las empresas empezaron a surgir ayudados de todos los administradores que Europa y Estados Unidos rechazaban, e iniciaron los principios de la planeación estratégica pero mediante la proyección mental y la capacidad de soñar del hombre, e iniciaron la reconstrucción rápida de sus ciudades, pero no iguales como fueron, las renovaron, ya que si tienes la casa en ruinas que mejor motivo para remodelarla, las grullas de papel se fueron al museo, y en este museo colocaron las cosas que sobrevivieron de Hiroshima y Nagasaki, y repitieron la misma estrategia pero diferente, mandaron japoneses para todo el mundo, pero no para estudiar para copiarlos, sino para obtener un pedacito de su cultura y ponerla en el museo, y así de eso forma simbólicamente pedir perdón por el daño causado al mundo y darle disculpas a los que le hicieron daño, y firmaron un pacto que nunca darían la guerra contra nadie, y es por eso que si uno ve películas de los años ochenta dicen que Japón es el país del sol naciente.

Ahora Japón es un país de mezclas que para nosotros de occidente son imposibles de lograr pero ellos lo lograron, son una potencia tecnológica pero tan tradicionales como ellos solos, adoptan cosas del mundo, y se contaminan a tal punto que uno podría decir que no quieren ser japoneses pero son tan auténticos que en realidad han contaminado todas las otras culturas de la tierra, la vida de ellos es tan acelerada y compleja como cualquiera pero son muy tradicionales y tranquilos, nunca están solos pero a su vez logran formar una burbuja a su alrededor olvidándose de los demás, los principios administrativos de los últimos años están basados en la sabiduría de los antiguos samuráis.

Y así acaba la historia hasta ahora, siento que halla sido tan larga pero resumir como 200 años de historia en unos relatos no es fácil, y esos resumirlos en unos pocos párrafos tampoco lo son, no voy a decir que me hizo pensar ni que moraleja obtuve de Japón, hare tal como hacen los directores japoneses, o los escritores o el museo de historia, cuentan el cuento, y dejan que cada uno lo interprete de acuerdo a lo que vivió, entendió y conoció, porque ellos dicen que el mejor conocimiento es el que uno mismo logra producir.


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