In memoriam de un abuelo desconocido
Buenas, ¿señores cómo me los han tratado?, hoy mi entrada es algo extraña, pues el lunes, es decir antes de ayer, ocurrió algo que puede cambiar completamente la dinámica de mi familia, el lunes por la noche mientras hacia un frio invernal y yo estaba en mi camita perdiendo tiempo en Internet, mi tía llamó por teléfono y nos dio una triste noticia, mi abuelo murió.
Y pues la noticia no me embargó de tristeza ni de jubilo tampoco, simplemente me dejo igual, casi siempre esas noticias no me conmueven ni me ponen trascendental ni afligido, y creo que es porque realmente no se ha muerto alguien súper querido como lo es mi mamá, mi hermano, mi papá o amorzote, si no simplemente mi abuelo que aunque para mí es el ser que más curiosidad me producía por lo que había vivido nunca nos habíamos puesto a hablar largo y tendido.
La historia de mi abuelo antes de mi nacimiento alguna vez hace mucho tiempo la había escrito en este blog, y lo que sigue tras de ella, y pues rememorándola encontré que básicamente se resume en la historia de la familia, y que en las viejas fotos de cumpleaños, paseos de olla, visitas a la casa, reuniones familiares y almuerzos dominicales siempre de una u otra forma estaba presente, por eso considero que es un golpe bajo para lo que es el símbolo de unidad de la familia.
Por otro lado lo otro que me deja pensando es la forma como murió, dice el parte médico que murió por un paro cardiaco, de forma súbdita mientras dormía, y en cierta manera considero que es algo alentador saber que murió así, pues me parece que pocas personas tienen esa suerte de morir durmiendo, es una muerte dulce, pero lo que se esconde tras este parte médico es grande, el cuento se remonta cerca de un año antes, mi abuelo de 93 años se había ido con un grupo de viejitos a un paseo a melgar y en plena rumba se cayo y se dio un totazo de padre y señor nuestro, ese golpe le produjo que se fracturara el fémur y que por lo tanto tuvieran que intervenirlo y ponerle una plaqueta y un par de tornillos, y ahí todo cambio, que le molestaba las plaquetas, que ya no quería caminar, que le dolía el estomago, que se le iba el aire, que dolor aquí, que dolor allá, y del viejito rumbero que se fue de paseo con 10 viejitas más a Melgar no quedo nada.
Mi mamá fue precisamente la persona que se encargo de su cuidado y por este año estuvo pendiente de él en todo momento, y la cosa es que según lo que nos contaba y como lo veíamos estaba cada vez peor, pues tanto achaque y dolorcito extrañamente contrastaba con los partes de los médicos que decían que estaba bien, que tenia el gasto del cuerpo de su edad pero que estaba muy bien conservado, y eso hacia que mi abuelo se enfureciera más, al punto que una tarde de enero le confeso a mi mamá que la verdad lo que quería era morirse, ya estaba cansado de vivir.
Muy triste pensé yo cuando mi mamá me conto, y me acorde de la frase que ella me decía cuando era pequeño: “Tantos niños con hambre y usted despreciando la sopa”, pues tanta gente enferma y mi abuelo deseándose morir , mi mamá pensó igual que yo e inicio una guerra entre ellos dos, ella a obligarlo comer, y el a no hacerlo, a bañarlo y él a no dejarse a que se parara de la cama y él a pelear hasta que lo dejaran tranquilo, y llego a un punto que se volvió hipocondriaco se inventaba males, se echaba al piso para que la gente lo alzara, se hacia en los pantalones, hasta que finalmente el lunes, logro lo que quería, y murió.
Creo que finalmente si vemos la lejanía con mi abuelo, y lo mezclamos con el deseo de morirse de él me hace pensar que ahora esta mejor, lo que si me preocupa, es que la familia esta bien, anoche en la velación vi a todas mis tías acongojadas pero tranquilas, eso me parece una buena señal, ahora será esperar y ver como la cosa sigue.
Y pues la noticia no me embargó de tristeza ni de jubilo tampoco, simplemente me dejo igual, casi siempre esas noticias no me conmueven ni me ponen trascendental ni afligido, y creo que es porque realmente no se ha muerto alguien súper querido como lo es mi mamá, mi hermano, mi papá o amorzote, si no simplemente mi abuelo que aunque para mí es el ser que más curiosidad me producía por lo que había vivido nunca nos habíamos puesto a hablar largo y tendido.
La historia de mi abuelo antes de mi nacimiento alguna vez hace mucho tiempo la había escrito en este blog, y lo que sigue tras de ella, y pues rememorándola encontré que básicamente se resume en la historia de la familia, y que en las viejas fotos de cumpleaños, paseos de olla, visitas a la casa, reuniones familiares y almuerzos dominicales siempre de una u otra forma estaba presente, por eso considero que es un golpe bajo para lo que es el símbolo de unidad de la familia.
Por otro lado lo otro que me deja pensando es la forma como murió, dice el parte médico que murió por un paro cardiaco, de forma súbdita mientras dormía, y en cierta manera considero que es algo alentador saber que murió así, pues me parece que pocas personas tienen esa suerte de morir durmiendo, es una muerte dulce, pero lo que se esconde tras este parte médico es grande, el cuento se remonta cerca de un año antes, mi abuelo de 93 años se había ido con un grupo de viejitos a un paseo a melgar y en plena rumba se cayo y se dio un totazo de padre y señor nuestro, ese golpe le produjo que se fracturara el fémur y que por lo tanto tuvieran que intervenirlo y ponerle una plaqueta y un par de tornillos, y ahí todo cambio, que le molestaba las plaquetas, que ya no quería caminar, que le dolía el estomago, que se le iba el aire, que dolor aquí, que dolor allá, y del viejito rumbero que se fue de paseo con 10 viejitas más a Melgar no quedo nada.
Mi mamá fue precisamente la persona que se encargo de su cuidado y por este año estuvo pendiente de él en todo momento, y la cosa es que según lo que nos contaba y como lo veíamos estaba cada vez peor, pues tanto achaque y dolorcito extrañamente contrastaba con los partes de los médicos que decían que estaba bien, que tenia el gasto del cuerpo de su edad pero que estaba muy bien conservado, y eso hacia que mi abuelo se enfureciera más, al punto que una tarde de enero le confeso a mi mamá que la verdad lo que quería era morirse, ya estaba cansado de vivir.
Muy triste pensé yo cuando mi mamá me conto, y me acorde de la frase que ella me decía cuando era pequeño: “Tantos niños con hambre y usted despreciando la sopa”, pues tanta gente enferma y mi abuelo deseándose morir , mi mamá pensó igual que yo e inicio una guerra entre ellos dos, ella a obligarlo comer, y el a no hacerlo, a bañarlo y él a no dejarse a que se parara de la cama y él a pelear hasta que lo dejaran tranquilo, y llego a un punto que se volvió hipocondriaco se inventaba males, se echaba al piso para que la gente lo alzara, se hacia en los pantalones, hasta que finalmente el lunes, logro lo que quería, y murió.
Creo que finalmente si vemos la lejanía con mi abuelo, y lo mezclamos con el deseo de morirse de él me hace pensar que ahora esta mejor, lo que si me preocupa, es que la familia esta bien, anoche en la velación vi a todas mis tías acongojadas pero tranquilas, eso me parece una buena señal, ahora será esperar y ver como la cosa sigue.
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